A pocos meses de las elecciones generales del 30 de noviembre de 2025 en Honduras, la atención internacional se centra en el desarrollo del proceso electoral. El Gobierno de Estados Unidos, a través de declaraciones de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado y mensajes de la embajadora Laura Dogu, ha manifestado su preocupación, especialmente tras las irregularidades observadas en las elecciones primarias del 9 de marzo.
Avisos y preocupaciones globales
Estas afirmaciones surgen en un escenario de señalamientos contra LIBRE por concentración de poder, presión al CNE, politización de las Fuerzas Armadas y empleo de recursos estatales con fines electorales. Como muestra de desagrado, Estados Unidos ha decidido interrumpir momentáneamente una porción de su asistencia financiera destinada al fortalecimiento institucional en Honduras, lo cual abarca fondos para programas de transparencia electoral, combate a la corrupción y respaldo a la sociedad civil.
Dicha medida se presenta como un intento de influir en la dirección política del gobierno hondureño, en un escenario de acercamiento político a gobiernos como Venezuela, Nicaragua y Cuba, lo cual ha afectado las relaciones bilaterales con Washington.
La congresista estadounidense María Elvira Salazar ha expresado su preocupación por la posibilidad de que Honduras siga un camino similar al de Venezuela, advirtiendo sobre políticas implementadas por la presidenta Xiomara Castro y el expresidente Manuel Zelaya.
Opciones y monitoreo constante
Analistas internacionales y medios de comunicación sugieren que Estados Unidos podría tomar medidas en caso de fraude o quiebre institucional. Se prevé una presencia de observadores internacionales durante el proceso electoral y posibles acciones diplomáticas si se vulnera la voluntad popular. Entre las posibles medidas se incluyen el congelamiento de fondos de cooperación, sanciones a funcionarios y restricciones a visas e inversiones.
Estados Unidos ha destacado que la comunidad internacional sigue de cerca el proceso electoral en Honduras. También, se ha mencionado que cualquier intento de alteración tendrá repercusiones. El 30 de noviembre, Honduras afronta una jornada electoral que afectará su imagen internacional y su porvenir como país.